jueves, 20 de marzo de 2014

CAZADOR DE MENTIRAS de Davíd Jasso y Santiago Eximeno



Estamos cansados de oír que vivimos en tiempos llenos de miedo, de desesperanza y caos. sumidos en un sin fin de informaciones que no apuntan a nada bueno y que, lejos de abrir las puertas a una luz que nos guíe a una solución, nos hunde en los mas profundos miedos.

Es normal que en un caldo de cultivo semejante sea harto imposible destacar en un genero literario como el terror. Si, se que suena a tópico decir eso de "a Drácula se le han picado los colmillos, ya no da miedo" o "¿Por qué debería impresionarme con una película snuff cuando a la hora de la comida tengo lo mismo en cualquier telediario que emitan? Y esto es así. Los escritores mas especializados ya no saben que hacer para sorprender al lector, para crear escenas desagradables... en definitiva, para hacernos disfrutar pasándolo mal. Seguimos leyendo a Sephen King, no por pasar miedo, sino por lo atrayente de sus historias. (El resplandor dio autentico miedo en su tiempo, mientras que Doctor sueño lo único que da es risa.)

Por suerte, aun podemos encontrar autores de fama mundial que aun son capaces de plasmar relatos de autentica pesadilla, o al menos, capaces de hacernos sentir incómodos en nuestro sofá mientras leemos, tales como Clive Barker, Brian Keene o Adam Nevill. En el ámbito internacional también gozamos de buenas mentes capaces de provocar pesadillas de lo mas variopintas. Alejandro Castroguer ya consiguió retorcernos el estomago con su Manantial, Tony Jimenez demostró tener mucho que decir en Cinco tumbas sin Lapida... pero las figuras de dos escritores nunca olvidarán el altar de lo que para muchos es el terror nacional. Me refiero a David Jasso y a Santiago Eximeno. Ambos tan semejantes y tan distintos entre si que a veces piensas que uno es un alter ego de otro.

Tanto Jasso (La silla, Día de perros, Feral, Abismos) como Eximeno (Bebes jugando con cuchillos, Umbría, Escarabajo de siete patas rotas) tienen un estilo literario propio. Se alejan de los estereotipos de la literatura de terror para masas que, lejos de ofrecernos una lectura limpia, con finales felices y escenas mil veces vistas en otros sitios y nos ofrecen una lectura de ficción mínima que se podría definir de "cosas chungas que pasan día a día aunque queramos cerrar los ojos", un terror sucio que nos llena de sangre y demás sustancias hasta por dentro de los zapatos, sin piedad, sin concesiones y con unas descripciones tan gráficas y brutales que tengamos que para la lectura en ocasiones para asumir lo que estamos leyendo.

Imaginaos entonces mi sorpresa al enterarme que allá en el 2007, nació una novela titulada CAZADOR DE MENTIRAS, con una sinopsis del montón y una portada que me pasaría desapercibida si no fuera por los dos nombres que firman la obra. Jasso y Eximeno trabajando a cuatro manos con la promesa de que nunca volveré a dormir bien. Demasiado bonito para ser verdad pensé...

"Me cago en la puta" pensé tras pasar la ultima pagina de la novela.

CAZADOR DE MENTIRAS es de esas novelas que ya tachas de clásico incluso antes de acabarla, y que incluye lo que por una vez prometen los medios: terror, angustia, agobio e incluso asco. Aquí los autores, como si de un George R. R. Martin pasado de rosca fueran no muestran piedad ninguna, ni por los personajes ni por el lector. ¿Te gustan los gatitos? Pues no te preocupes que te regalo 4 paginas enteritas de su desollamiento. ¿Te cae bien ese niño? Pues en vez de cogerle cariño ve a por una fregona y unas cuantas bolsas de basura que pronto te van a hacer falta. Y así en sus casi 450 paginas.

Comentaba anteriormente que la literatura de estos genios destacaba por su realismo o cotidianeidad. Eso no quita que esta obra tenga su apartado sobrenatural, es mas, la figura del Cazador de Mentiras y, sobre todo, de sus sabuesos son de lo mas escalofriantes que he leído en mucho tiempo, dejando a los cenobitas de Barker a la altura de hermanitas de la caridad.

Esta novela es tensión en estado puro, un logro solo al alcance de unos pocos. Si, reconozco que tiene sus partes espesas y un poco lentas, pero esto no resta calidad al libro, ya que se compensa con la curiosa manía de los autores de parecer conocer los rincones mas oscuros de nuestras mentes, nuestras costumbres desde niños y nuestros miedos mas profundos.


Sobresaliente.

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