martes, 8 de diciembre de 2015

Reseña: GROTESQUE de Ignacio Cid Hermoso.



Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:

GROTESQUE de Ignacio Cid Hermoso.

Grotesque es un grito de rabia ocupando una garganta de treinta años, un sueño espeso, como baba colgando del cielo de tu boca. Es una novela deconstruída en siete golpes, donde cada uno forma un día de una semana tan larga como el miedo en esa garganta, tan hecho papilla como el cielo en tu boca. No hay significados ocultos porque no es una obra cerebral: es un arrebato y una arcada, una amalgama de terrores que hacen gracia y gracias que provocan terrores. Hay muchos cuentos en cada cuento de Grotesque, uno por cada uno de tus días, uno por cada una de tus obsesiones y tus pesadillas; hay verdades y hay mentiras, un psicoanálisis absurdo cuyas claves están en cada lector, en cada par de ojos que se quede aquí atrapado para siempre, en este mar de miel y melaza, espeso como tus pasos cuando tratas de huir de aquello que no te persigue. Amor, miedo y sexo entrelazados en un abrazo frente al espejo. ¿Te atreves a mirar?

Debería empezar aquí con una de esas introducciones que por su temática nos llevaran a la descripción de la novela que nos ocupa. Una especie de nexo que unos verían ameno y reflexivo, una primera impresión traducida en una mirada, un chasqueo de lengua o un tic pasajero. Otros, sin embargo seguramente lo toman como una excusa para darme ínfulas, una perdida de tiempo o una excusa para rellenar una reseña de párrafos que no vienen a cuento. No voy a ser yo quien les diga lo contrario o les de la razón. No estamos aquí para eso.

El proceso de reseñar un libro resulta bastante sencillo si nos ponemos a pesar en ello. Se lee, se medita sobre el y finalmente das un veredicto. No se aleja mucho de cuando visitamos un nuevo restaurante o probamos alguna comida exótica hasta entonces desconocida. Elegimos el plato que degustaremos, lo probamos, paladeamos y terminamos devorándolo para finalmente dar la enhorabuena al chef o, por el contrario prometerles que no volverán a ver nuestras caras por ahí.

Si, sencillo. El problema viene cuando es el plato que te ponen sobre la mesa el que te saborea a ti. No muy a menudo el cocinero te escupe en la cara, te dice que así la experiencia es más gratificante y tu vas y te lo crees sin animo de duda.
La costumbre dicta que los libros se lean, no que ellos te lean a ti. Pero para un escritor como Ignacio Cid Hermoso las costumbres son esas cosas que les pasa a otras personas.
Él solito se encargó de buscarse un cómodo hueco en el terror con su colección de relatos TEXTURAS DEL MIEDO, excavó en nuestras almas y las dejó en carne viva con EL OSITO COCHAMBRE y NUDOS DE CEREZA y no dudó en recurrir a todo tipo de fantasmas para regalarnos la desgarradora GESPENST. Acunado o no el nombre del género, Ignacio se posiciona como líder indiscutible del thriller emocional con el que pone a prueba nuestros sentidos y sentimientos más ocultos, mostrándonos al leer su obra como ranas en la mesa de disección, abiertos en canal y exponiendo todo nuestro sucio interior.

GROTESQUE es un libro que no merece reseñas. O más bien ningún reseñador debería ser digno de hablar de GROTESQUE, porque ningún hombre tiene derecho a juzgar los sentimientos de otros.
Y es que este último trabajo va de eso, de sentimientos que van desde la ternura a la absoluta rabia. Su autor nos cuenta historias fictícias, pero al mismo tiempo cada relato supone una carta de confesión, un guito desgarrador, arriesgando quizá, pero también necesario. Ignacio se vale de distintos personajes que no existen pero a la vez son él en cada momento, en cada latido, vomito o segundo en que la mano que agarra nuestra nuca y la introduce en el agua aligera la presión.

Pero entonces ¿Que es GROTESQUE?¿Una novela?¿Una colección de relatos?¿Un ensayo? Sus poco más de 130 páginas son un viaje al infierno en primera clase con todas las comodidades, es morir y que tu cantante favorito escriba una canción que relate como fue.

GROTESQUE es levantarse un LUNES y que cada respiración parezca que va a hacer que te estallen los pulmones, poner a prueba nuestro aguante al contemplar un skyline del lado mas sucio del ser humano, donde la impotencia de uno es alimento de otros, donde el pez grande no solo se como al pequeño, sino también a sus seres queridos.

GROTESQUE es llegar al MARTES empachado de rabia y que el mundo te dé la espalda por ser distinto, no poder cumplir tus sueños porque esos sueños, por sencillos que resulten no están hechos para ti. Es alzarle el puño cerrado al mundo y gritar que tu eres el único que escribe su destino mientras tu corazón se hace pedazos como un vaso de cristal al caer al suelo.

GROTESQUE es follarte el MIÉRCOLES y enamorarte de ti mismo. Es el anhelo del cariño y la curiosidad convertido en sexo sucio y un desayuno envenenado llevado a la cama. Un viaje a lo desconocido en busca de un destino que sabes doloroso antes de empezarlo.

GROTESQUE es encontrar un momento para lo absurdo, para reírse de uno mismo y mostrar el culo cuando el resto te da la espalda. Es un JUEVES de experiencias nuevas que no sabes donde te llevarán mientras confías en gente que no debes y rechazas un futuro con los que te tienden la mano.

GROTESQUE es un VIERNES de amores imposibles pero romances más enternecedores que cualquier cuento de hadas. Es amar hasta el tuétano, aunque para ello necesites cien hojas afiladas para llegar al corazón de tu amada.

GROTESQUE te lleva a un SÁBADO que pide descanso, pero nadie te dice que conseguirlo sea fácil. Un viaje al hogar que un caballero que debe enfrentarse a 100 dragones y rescatar a su princesa vería como una misión suicida. Mírate al espejo y dí que conoces a la persona que te devuelve el reflejo. Si tienes huevos.

GROTESQUE te recuerda que el DOMINGO es el día del descanso, el día del Señor, pero hoy Dios eres tu, y ves al resto de la humanidad armado con una lupa ante un ejercito de hormigas, buscando un abrazo entre ellos mientras, al mismo tiempo los maldices, condenas y ruegas. Si alguien pudiera vomitar en una canción toda la rabia acumulada, posiblemente el estribillo llevaría esta letra.

Para los que quieran enterarse un poco mejor de lo que estoy hablando, GROTESQUE es el último trabajo de Ignacio Cid Hermoso, una compilación de relatos independientes pero al mismo tiempo interconectados. Lejos de estructurar sus historias como ha hecho siempre, con su introducción, nudo y desenlace, este libro se compone de una narración treméndamente experimental, donde la improvisación, el surrealismo e incluso la escritura automática crean los cimientos de vivencias donde predomina la exageración y las escenas ridículas, pero que al mismo tiempo llevan a otro nivel el realismo de la dura crítica social que tanto destaca. Si, por definición no nos alejamos mucho de lo que se conoce como Literatura de lo absurdo.

Ignacio da un nuevo significado a quitarse la mordaza. En sus narraciones se deja llevar por el instinto, por unos sentimientos sin censura, presentando situaciones cotidianas con protagonistas al limite. Cualquiera que haya visto la película de origen argentino RELATOS SALVAJES dirigida por Damián Szifrón se podrá hacer una ligera idea de lo que puede encontrar en estas grotescas memorias, aunque elevado a extremos increíbles.
La prosa del escritor alcanza su máxima expresión y libertad en esta publicación, capaz de crear metáforas bellísimas usando las palabras más groseras. Sus párrafos van desde los diálogos vulgares a la poesía más vanguardista. Un auténtico ejercicio de imaginación por parte del autor, al mismo tiempo que un esfuerzo creativo para el lector, ya que la libre interpretación y el simbolismo juegan una baza muy importante en el desarrollo y desenlace de cada capítulo.

GROTESQUE nos ofrece una semana que pone a prueba nuestros límites. Nos aterroriza, nos entristece, nos hace reírnos a carcajadas y nos pone furiosos, La indiferencia que sufre Gonzalo Sambade por parte de la gente que le rodea nos eriza la piel y nos hace mordernos los nudillos para no descargarlos en la superficie más cercana, La maternidad de Verónica Sánchez se convierte en un torrente de lagrimas para dar paso al morbo que despierta la curiosidad de Violeta y Luis, al divertidísimo viaje de Darío, el salvaje romance de Agustín, la desesperación de Carmelo en su peculiar interpretación de Dentro del Laberinto y concluyendo en un monólogo que nos libera, arranca nuestras ataduras al ver que alguien por fin dice en voz alta lo que muchos callamos, ya sea por miedo, ya sea por no encontrar las palabras adecuadas, impedimento que no existe para Ignacio Cid Hermoso.

No nos podemos olvidar tampoco de las fantásticas ilustraciones que acompañan al texto, creadas por Javi Hernández que da su visión de lo que es difícil imaginar.

Sin duda estamos ante uno de los mejores títulos del año, con más merito si se tiene en cuenta su corta extensión y sobretodo su naturaleza. Pocas veces puede uno decir que le han apuñalado el corazón con tinta y después ha pedido más.

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