sábado, 29 de octubre de 2016

Reseña: PESADILLA A VEINTE MIL PIES Y OTROS RELATOS ESPELUZNANTES de Richard Matheson



Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:

PESADILLA A VEINTE MIL PIES Y OTROS RELATOS ESPELUZNANTES de Richard Matheson

Si Nacido de hombre y mujer, y otros relatos espeluznantes recogía los primeros trabajos de Matheson y abarcaba solo un lustro (1950-1954), este segundo volumen compila relatos escritos a lo largo de los siguientes diecisiete años (1955-1971). Hasta que decidió abandonar el formato, sus cuentos le abrieron acceso a publicaciones cada vez más mayoritarias; mientras tanto, su carrera como guionista despegaba. 
Y es precisamente gracias a las versiones audiovisuales como sus relatos se han vuelto más conocidos. Desde Serling, Corman y Fisher, pasando por el mismísimo Hitchcock, hasta Spielberg o un triunfante George Miller, sus cuentos han constituido una fuente de inspiración continuada para el cine y la televisión y han dejado una huella indeleble en varias generaciones.

Si en algo coincidimos todos o casi todos los que disfrutamos del mundo de la lectura es en ese deseo de estar en el otro lado, de ser el creador de esas historias que más tarde se verían plasmados en el papel, siendo leídas por gente que, como nosotros, disfrutan devorando libros y manteniendo vivo esa ilusión de que, el día de mañana podremos decir con orgullo "soy escritor, como la gente a la que más admiro".

Que si, que muchos de nosotros vemos ese sueño como eso, un sueño. No obstante ya sea la falta de talento o motivación la que nos arrebata ese deseo, otras sensaciones no faltan nunca, como la de encontrar ese libro, ese autor que nos impulsa a mover nuestra maquinaria imaginativa como nunca y convertirlo en un referente de nuestro futuro literario.
Puede que si tengas preferencia por la ciencia ficción tu modelo a seguir sea Philip K. Dick o Asimov. Si lo tuyo es el terror, Stephen King o Lovecraft guiarían tus pasos, y Tolkien se vería reflejado en tus intentos de escribir fantasía. Maestros en su materia todos ellos sin lugar a dudas, pero no olvidemos a aquellos escritores cuya influencia ha traspasado fronteras genéricas y se les considera referentes de la literatura universal. Autores como Richard Matheson.

Tanto para autores reconocidos como para iniciados, Matheson se ha convertido en un claro reflejo de aspiraciones y una inspiración para obras de género que hoy muchos consideramos imprescindibles. Incluso ni aunque los mismos autores se den cuenta. Y es que son tantos los temas que el autor ha tocado en su carrera que resulta casi inevitable ver su mano en muchos escritos de la actualidad.

Yo mismo podría ponerme de ejemplo (no por calidad obviamente). Si repasara el único relato que he escrito y publicado, Atención al Cliente de la antología EN LOS ALBORES DEL MIEDO, llegaría a la conclusión de que me he "marcado un Matheson" teniendo en cuenta la cantidad de ingredientes comunes con el escritor de New Jersey, ¿Elementos usados a propósito? En absoluto. Tal es el legado que ha dejado a la literatura, con la que sin él, reitero, obras pasadas, presentes y futuras jamas existirían.

El mismo Neil Gaiman afirma que "Todos conocemos sus relatos, aunque no lo sepamos" y no le falta razón. Incluso para alguien que nunca haya leído nada suyo, el salto de muchos de sus trabajos a a la pantalla grande (SOY LEYENDA, ACERO PURO, EL DIABLO SOBRE RUEDAS) o adaptados a conocidísimos espacios televisivos como The Twilight Zone no pasa desapercibido a casi nadie, así que si alguna vez vas a afirmar que no conoces nada de la obra de Richard Matheson, pregúntate a su vez "¿ De verdad no conozco nada?".

Buena parte de sus novelas se han convertido en guías para nuevos escritores, y no tan nuevos. Trabajos que vemos reeditados constantemente suponen algunas de las piezas fundamentales del terror o la ciencia ficción del siglo XX, pero sus trabajos breves, sus relatos cortos no se quedan atrás a la hora de llevarse el mismo mérito. Ahora, tras ser varias las editoriales que nos han ofrecido compilaciones de estos cuentos, es el momento de que Gigamesh nos traiga lo más cercano a lo que podríamos denominar la colección definitiva de la narrativa breve de Matheson en castellano. NACIDO DE HOMBRE Y MUJER fue el primer volumen de esta antología, la cual nos trajo su trabajo desde 1950 hasta cuatro años después. Ahora, los relatos escritos entre 1955 y 1971  han sido recogidos en este segundo volumen. Una época en la que el estilo y talento narrativo del autor se vio influenciado por su paso por el mundo de los guiones cinematográficos. PESADILLA DE VEINTE MIL PIES Y OTROS RELATOS ESPELUZNANTES reúne 35 historias que retratan lo mejor del autor, donde varias piezas supusieron algo más que una semilla que creció y floreció en influencia para trabajos de otros autores que estaban por venir.

Cuando hablamos de Matheson hablamos del rey de la paranoia. Sus historias fusionan elementos fantásticos, terroríficos y generosas dosis de ciencia ficción, pero por encima de todo, lo que reina y más en común tienen buena parte de sus relatos son esos protagonistas próximos al lector. Personas vulgares de un nivel social medio, acostumbradas a la rutina del trabajo, la familia o los hobbys que, un día sin previo aviso ven trastocadas su visión de la realidad, lo inverosímil invadirá cada momento de sus vidas y cada decisión, cada toma de contacto con lo que hasta entonces era un mundo sin secretos ni misterios. Primero con curiosidad, luego con obsesión, el protagonista se preguntará la naturaleza de aquello que le causa un peligro aparentemente mortal, hasta el punto de dudar de si mismo y todo lo que le rodea, con consecuencias inevitablemente terribles.

Richard Matheson es como un niño con exceso de imaginación que un buen día encuentra un baúl lleno de juguetes. Ese niño sería capaz de contarte una historia terrorífica con cada cosa que encontrara dentro, y luego con el baúl, y más tarde con la moqueta sobre la que estaba éste. Una imaginación desbordante, capaz de crear tramas complejas o simples pero en ambos casos efectivas dado el impacto tanto visual como emocional que provocaban entonces y cuya magia se sigue conservando hasta hoy.
Recordemos que estos relatos fueron escritos en una época en la que Matheson alternaba relatos con guiones, y no pasa desapercibido como unos contagian a otros. Así, PESADILLA A VEINTE MIL PIES se compone de algunos de los relatos más visuales de su carrera, donde el factor cinematográfico de sus escenas cobra una importancia capaz de sustituir otros elementos como el trato de los personajes o las innecesarias descripciones.
Matheson no pierde el tiempo con prólogos ni profundizando en los protagonistas o decorados, sino que busca la manera de hacerte sentir que eres un protagonista más. No, no es que use dosis extremas de realismo, sino que la sencillez de su narrativa y la escasez de descripciones invita al lector a llenar huecos , a que sea participe de la historia usando la imaginación para darle forma a los elementos que pasan por delante de sus ojos. Así se logra ampliar la intensidad de los relatos más impactantes como Duelo, Ajuste de Cuentas o Presa, al mismo tiempo que nos ayuda a crear nuevos mundos futuros a partir de cero con aquellas historias más cercanas a la ciencia ficción. Acero (el relato que inspiró, SOLO inspiró la película protagonizada por Hugh Jackman), Al Borde o Deus ex Machina son buenos ejemplos ejemplos de ello, pese a que ésta segunda parte de su colección de relatos está más centrada al terror que a éste género, el cal tiene su mejor muestra en NACIDO DE HOMBRE Y MUJER..

Pero esto es solo una pequeña muestra de los 35 relatos que encontramos aquí. Los hay que destacan por encima de otros como es obvio, pero difícilmente podríamos catalogar a alguno de "relleno". El relato que da título a la antología, Pesadilla a Veinte Mil Pies es una obra maestra de cómo generar tensión ante una situación tan cotidiana y aparentemente segura como es un viaje en avión. Un relato por cierto que muchos recordarán homenajeado en uno de los especiales de Halloween de los Simpsons
Otra pequeña joya la encontramos en El Repartidor, tan inverosímil como terrorífico, es inevitable ver aquí al antecesor de lo que más tarde sería una de las mejores obras del maestro del terror Stephen King: LA TIENDA.
El lado más dramático y emotivo de Matheson también está presente entre tanto terror y paranoia. Pautas de Supervivencia, Mantage, Viejas Fantasmagorías o La Maquina de Jazz (compuesta como si de una canción se tratara) mezclan elementos fantásticos con el lado más humano de los protagonistas, donde el amor por las personas o por lo que uno más admira alcanza su máxima expresión. Aunque dichos elementos fantásticos no siempre son de obligatorio recurso para el autor, Vamos a Ver a Papa Noel, El Toque Magistral o la verídica Un Poco de Agua muestran que los monstruos mas terribles no siempre viven en la superstición o la imaginación más oscura, sino a buen resguardo en el corazón del ser humano.

La comedia tampoco falta entre los relatos, ya no solo porque algunos de los elementos centrales sean estúpidamente inverosímiles como es el caso de La Fuente Generosa, sino porque en algunos, éste género es quien lleva la batuta en su ritmo. No tenéis más que leer El Funeral, Miss Encanto Sideral o la bizarra Oh, Blanda Navidad para comprobarlo.

Me encantaría hablar de cada uno de los relatos, pero no soy amigo de las reseñas bastante extensas. Por lo que creo que al menos he conseguido demostrar que La obra corta de Matheson es tan rica en variedad como en los sentimientos que consigue aflorar al lector. Otros relatos como Los Hijos de Noah, que marcaría una repetidísima pauta narrativa en infinitud de películas de terror, La afición del autor por el tema de la magia negra y vudú que se reflejaría en relatos como Desde Lugares Sombríos, Solo con Cita Previa o Hasta que la Muerte nos Separe, o la brillante Digno de Mención, uno de mís favoritos no pueden dejar de ser nombradas en una digna reseña de este trabajo.

Tanto el contenido de PESADILLA A VEINTE MIL PIES como el del volumen anterior, NACIDO DE HOMBRE Y MUJER se han convertido no en títulos recomendados, sino en documentos imprescindibles para entender el pasado, presente e inminente futuro del género fantástico. No lo digo solo yo, lo dicen, por enésima vez, esas novelas que tanto disfrutáis y que posiblemente sin el trabajo de Richard Matheson no existirían.

lunes, 24 de octubre de 2016

Reseña: HOMO TENUIS de Francisco Jota Pérez.



Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:

HOMO TENUIS de Francisco Jota Pérez.

“El 31 de mayo de 2014, en Waukesha (Wisconsin), dos niñas de doce años de edad apuñalaron diecinueve veces a una compañera de clase. Al ser interrogadas, declararon que debían cometer aquel asesinato (que quedó milagrosamente en un intento) porque el SlenderMan, una criatura imaginaria concebida en un foro de Internet dedicado a los cuentos de terror y las leyendas urbanas, así se lo había pedido tras presentarse ante ellas y prometerles llevárselas consigo a su mansión en el bosque…”

Homo Tenuis es una obra de teoría-ficción centrada en la figura del SlenderMan (el“Hombre Esbelto”) como elemento ficcional que, habiendo trascendido su condición de leyenda urbana radicalmente nativa del siglo XXI a través de su naturalización y absorción en el consciente colectivo, ha dejado de ser verosímil para convertirse en verificable; esto es, el Slenderman como objeto hipersticioso, una superación de la superstición, una suerte de profecía cultural autocomplida.

A partir de una introducción en el concepto de hiperstición tal como éste se entiende en el campo de la teoría cultural de vanguardia, y de la autopsia del objeto hipersticioso, se formula un estudio del modo en que ciertas ideas, por mucho que en un principio se presenten como aterradores espejismos, son capaces de demostrarse lo suficientemente poderosas como para transformar el mundo y todo lo contenido en él de forma en absoluto metafórica.

De la mano del Hombre Esbelto, en dirección a una hipotética mansión en los bosques del imaginario global, el presente libro cartografía un territorio poblado de mitos de la Mecanosfera y la Electrosfera, artificios publicitarios y discursos económicos de la coerción, conjuros lovecraftianos, prospecciones transhumanistas, revoluciones electrónicas y lémures cantores.

Tejido como un collage de técnicas y modelos narrativos experimentales que van desde el artículo filosófico a la prosa poética pasando por el método paranoicocrítico daliniano, la micro-ficción, el esquizoanálisis deleuziano o el hiperrelato de terror, Homo Tenuis resulta un artefacto polisémico que trasciende el ensayo formal para articular sus tesis, cuestiones y conclusiones de forma más evocativa que explicativa, en un intento por provocar en el lector la experiencia más inmersiva posible.

Queda claro que la naturaleza del miedo no es una ciencia exacta. Existen tantos miedos como personas habitan en el mundo, y no tenemos derecho alguno a robarles fundamento o credibilidad a cualquiera de ellos. Sin embargo, el coco ya ha colgado el saco ante la imposibilidad de hacer llorar a los niños, Drácula murió de hambre en su búsqueda de adolescentes vírgenes y las brujas de Salem han sustituido sus escobas por una chapita identificadora y el caldero por un lector de códigos de barra.
La paranoia, las responsabilidades adultas, y las perspectivas del futuro son los nuevos monstruos de la Hammer, en los pasajes del terror de las ferias no te aguardan momias, vampiros y demonios, sino facturas, periódicos y ordenes de desahucio.
Le tengo miedo a ese meme de moda que se compone de una frase que hace mención a algún momento o circunstancia actual o de la infancia ("Tu cuando...", "Ese momento en que...") acompañada de una imagen estática o en movimiento en la que tendemos a vernos identificados. Si, claro que me divertía verlas, pero luego su veracidad empezó a causarme cierta incomodidad y ésta fue evolucionando al miedo. Miedo a la destrucción del concepto del individuo como tal, a la eliminación del yo y la sustitución por un colectivo que parece haber vivido tu vida y sentirla más que tu mismo. El recuerdo de una infancia feliz se rompe y es sustituida por cientos de ojos observando y tomando notas.
Conspiranoia, manía persecutoria, ansiedad, déficit de atención,... armas de las que el miedo se vale día a día para recordarte que los monstruos son reales, pero no tienen largos colmillos ni letales garras, sino que visten corbatas y portan maletines.

Y como eramos pocos, tuvo que parir la abuela, y descubrí de manos de Francisco Jota Pérez y su HOMO TENUIS lo que es la Hiperstición.

En HOMO TENUIS, Jota, por medio de la figura del Slenderman desata una de las muchas vendas que cubren nuestros ojos y nos descubre este recién acunado termino y cómo sus tentáculos pueden alargarse hasta lo inimaginable, abarcando más campos y aspectos de la vida cotidiana de los que creemos.



España conoció al Slenderman de forma tardía. Gracias al irrelevante mundo youtuber pudimos ver a esta esbelta figura, de brazos y piernas exageradamente largos y rostro sin facciones protagonizando un videojuego que buscaba el susto fácil en los jugadores. Poca gente sabía entonces (Hablo de cerca del año 2012) que la historia de esta criatura surgió mucho más atrás, cuando en 2009 se realizó una propuesta de imágenes de naturaleza paranormal en un conocido foro. En cuestión de horas el germen de esta creencia, símbolo monstruoso del miedo a lo desconocido fue tomando forma haciéndose cada vez más fuerte e inestable hasta que su malvada naturaleza e influencia, en manos de personas que aun conservaban la inocencia, surgió en forma de actos violentos retratados en cuadros hechos con diecinueve puñaladas o mecheros y bidones de gasolina.

Jota se vale de las leyendas y circunstancias que rodean el nacimiento, desarrollo, reproducción y longevidad de este hombre esbelto para ilustrarnos en el concepto de la hiperstición, pero no solo usa este elemento. La obra literaria de H. P. Lovecraft, así como la de R. W. Chambers expanden el significado de una idea invisible, pero que nunca se ha escondido del ojo humano. Y lo hace de la manera más inusual posible.

Como construir una casa empezando por las ventanas, Jota crea en HOMO TENUIS un ensayo imposible pero inevitablemente necesario. Leer este libro es como invocar a un profesor tan diabólico como paranoico a través de algún ritual barriobajero y traerlo de los infiernos para retarle a una ronda de chupitos tras otra. Sus lecciones instruyen y al mismo tiempo aterrorizan, sorprenden e hipnotizan. Para ello, el autor se vale de prácticamente cualquier cosa que le sirva para atrapar al lector: análisis, novelización, poesía, escritura automática, surrealismo... tan atípico es el contenido como el continente, pero juntos forman un paraje del que es difícil escapar una vez profundizas en él. Una sensación ésta que no es desconocida a cualquier lector que ya haya experimentado el tener a Francisco Jota Pérez de guía por os infiernos del mundo real con POLYBIUS o su aportación a ALCASSERIANA, inyecciones de arte y conocimiento que van directamente al corazón, pero cuyos efectos secundarios se notan sobre todo en el alma.

De todos modos, en HOMO TENUIS no se lleva la hiperstición únicamente a una mera leyenda urbana y posterior nido de memes, creepypastas y cosplays de temporada. El termino abarca conceptos tan presentes e importantes en nuestro día a día como la religión o la economía. ¿Cómo? Emulando a un mal anuncio televisivo: Tendréis que leerlo para saberlo.

HOMO TENUIS es indiscutiblemente una de las publicaciones más arriesgadas de Gasmask Editores, editorial que nunca ha abrazado las costumbres populares o lo politicamente correcto, y es por eso que se convierte con cada título publicado en uno de esos pequeños grandes sellos de la literatura alternativa. Por otro lado, sitúa a Francisco Jota Pérez como uno de los referentes más importantes del pensamiento underground y la filosofía más atípica y oscura de nuestro país. ¿Por su naturaleza?, ¿ Por su modo de exposición? Puede, pero también por demostrarnos que a veces las cosas se ven mejor cuanto menos luz se use.


miércoles, 19 de octubre de 2016

Reseña: EL PROBLEMA DE LOS TRES CUERPOS de Cixin Liu.



Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:

EL PROBLEMA DE LOS TRES CUERPOS de Cixin Liu.

Este libro ofrece la posibilidad única de acercarse al fenómeno editorial chino que ha conquistado el mundo y ha ganado el premio Hugo 2015 a la mejor novela, siendo la primera vez que una obra no escrita originariamente en inglés merece tal reconocimiento. Su autor, Cixin Liu, es el escritor de ciencia ficción más relevante en China, capaz de vender más de un millón de ejemplares en su país y convencer a prescriptores de la talla de Barack Obama, quien seleccionó El problema de los tres cuerpos como una de sus lecturas navideñas de 2015, y Mark Zuckerberg, que lo convirtió en la primera novela de su club de lectura. Ahora el público y la crítica de los cinco continentes se rinden a esta obra maestra, enormemente visionaria, sobre el papel de la ciencia en nuestras sociedades, que nos ayuda a comprender el pasado y el futuro de China, pero también, leída en clave geopolítica, del mundo en que vivimos.

Ya hemos hablado en estas mismas líneas y en más de una ocasión acerca de que elaborar la opinión escrita de un libro no es fácil siempre, claro está, que ésta vaya más allá de un "Buah, este libro es brutal, puto amo el escritor" o "No te acerques a esta mierda ni con un palo", porque eso sabemos hacerlo todos.

Hemos tenido casos de libros que nos han dicho tan poco, que hablar sobre el crecimiento del moho en el yogur es más complejo e interesante. No faltan libros en los que uno no sabe realmente si le ha dicho algo o no y cuál es realmente el mensaje que ha querido transmitirnos, por lo que nos asusta atribuirle una falsa intención interpretativa y dar a entender que realmente no has comprendido una mierda de lo que has leído.
Historias surrealistas, bizarras, relatos popularmente catalogados de clásicos que lees con miedo a que no te gusten y consecuentemente tu blog se convierta en un campo de batalla enfrentado a la vox populi más erudita, ensayos... No es mi intención en absoluto subirme méritos resaltando lo difícil que es en ocasiones escribir una reseña (No hay nadie menos indicado para ello que yo), pero es una manera de pedir disculpas si cometo algún error con el siguiente reto convertido en crítica literaria. Y es que, ¿Cómo hablas de la opinión que te merece una novela sin hablar de ésta?. Más cuando uno de los puntos fuertes del libro, el gran pilar sobre el que se sujeta es jugar con la ignorancia del lector a la hora sumergirse en la historia, ignorando completamente el jardín en el que se ha metido.
Irónicamente, la novela de ciencia ficción de la que más se está hablando en nuestro país actualmente, EL PROBLEMA DE LOS TRES CUERPOS de Cixin Liu, es uno de esos casos.

Podríamos decir que la sinopsis de un libro es lo equivalente al trailer de una película. Desgraciadamente se ha convertido en costumbre mostrar un exceso de información que termina por destruir cualquier esperanza de sorpresa y por supuesto, interés, hasta el punto de que existan grupos de espectadores que prefieren ir "vírgenes" a la experiencia, con la sola referencia de un par de imágenes y un teaser de 20 segundos. Mi consejo, por tanto, es que si aún no sabéis nada de esta novela, si vuestros conocimientos se limitan a su portada y poco más o sencillamente, yo mismo os estoy descubriendo este libro con esta entrada, dejad que siga así. No busquéis reseñas, ni siquiera una sinopsis del mismo, porque dependiendo de donde miréis podréis encontrar la que acompaña el tomo, con la que yo he abierto la reseña (Bien. No dice nada del contenido) o la que dicho de alguna manera, destruye la magia (Mal. Es decir, que te hace un resumen exhaustivo del contenido de la trama). No cometáis el mismo error que yo y estoy seguro de que vuestra experiencia será más gratificante que la mía, que no quiere decir que fuera mala. Al contrario.

Fanart realizado por Jay Wong.


EL PROBLEMA DE LOS TRES CUERPOS es, en la actualidad la más potente referencia china de la ciencia ficción que no solo ha atravesado fronteras internacionales gracias a la traducción al inglés por Ken Liu, sino que se ha llevado bajo el brazo el premio Hugo del 2015, aunque ya sabéis que a mí este tipo de galardones me generan el mismo interés que un racimo de testículos. Liu crea con su obra una amalgama de referencias y estilos, capaces de mezclar multitud de ramas de la ciencia ficción sin salirse de la línea más especulativa donde podemos encontrar vertientes científicas, informáticas, un buen equilibrio entre la obra ligera y la CF hard e, incluso, cierto toque de fantasía. Elementos todos que conforman entre ellos una lectura amena, intrigante, que va de menos a más manteniendo siempre muchísimas preguntas por contestar y sorpresas por revelar, vamos, lo que se suele esperar de una obra tan comentada y recomendada como ésta, por lo que no os estoy descubriendo nada nuevo. Esa novedad que la diferencia de otras novelas se encuentra en los pequeños detalles.

Cixin Liu nos lleva a un desgarrador viaje por China y su historia presente, pero también pasado, donde nos recuerda uno de los capítulos más terribles de su historia moderna como fue la Revolución cultural que el país sufrió a mediados de los años 60. En este panorama y a manos de Ye Wenjie, una de las figuras centrales de la trama, seremos testigos de escenas que superan cualquier terrorífica expectativa, una sensación acrecentada por la veracidad de muchos de los hechos narrados. Capítulos introductorios que no hacen sino poner en seria duda la moralidad y ética de la raza humana.

Con ésto el escritor no solo nos quiere poner en antecedentes, sino que ya en el presente parece construir un puente por donde el pasado cultural e intelectual del país cruza para resistirse a desaparecer del todo. Así, el aspecto crítico de la obra es tan constante como revelador, no solo por el fuerte impacto que la ciencia y la educación sufrió en China, sino que realiza un análisis del ser humano y su relación con el entorno en la que no falta su papel como amenaza del ecosistema o también comprobando el bando que pueda elegir cuando se presenta, como una de las revelaciones más importantes de la historia, algo que puede cambiar el mundo para siempre, aunque ello implique la destrucción de lo que otros prefieren proteger con su vida.

Una novela como EL PROBLEMA DE LOS TRES CUERPOS cuyo ojo crítico toca temas como la cultura a través de los años, los avances tecnológicos y la censura ideológica tampoco olvida temas como la religión, que es tratado a niveles que se funden con la astrología, las hipótesis espaciales y la tecnología avanzada, y éstas a su vez dotan de un nuevo nivel de interacción e importancia a elementos tan conocidos como los videojuegos o la realidad virtual.
Sí, lo se. Todo ésto puede sonar complejísimo y dar al lector la sensación de que en las páginas escritas por Cixin Liu va a acabar perdido entre problemas matemáticos, mecánica cuántica y física avanzada. Sí, sí y sí a todo esto y a mucho más, pero afirmar ésto no es motivo de alarma.
La agradecida labor de traducción directamente del chino por parte de Ken Liu nos ha dejado una narración ágil y una prosa fluida que ayuda al relativo fácil entendimiento de cada escena y problemas que se van presentando (siempre y cuando se siga el hilo de la aventura con todos los sentidos puestos en él). No es extraño pues, que el lector se sumerja en un mundo científico donde no sepa diferenciar una hipótesis de una norma establecida, lo que dota a la lectura de un realismo tan esperanzador como terrorífico.

Pero entonces, ¿Lo de la proclamada novela de ciencia ficción del año son todo virtudes? Bueno... no van a faltar felices de la vida que opinarán así, pero a mí no podrán incluirme en sus filas.

Fanart realizado por Jay Wong.
¿Os acordáis de la frase con la que resumía el otro bombazo de la ciencia ficción del 2016? de LUNA de Ian McDonald comenté que me pareció una historia mediocre pero con una ambientación brillante. Con EL PROBLEMA DE LOS TRES CUERPOS me pasa justamente lo contrario; la novela de Liu posee una trama poderosa, atrayente y con una suficiente profundidad para hacerla creíble. Una credibilidad que por desgracia se ve afectada negativamente por otros elementos externos como son los personajes que, pese a estar correctamente caracterizados, diferenciados y esculpidos, no alcanzan la tridimensionalidad y parece que hay un único patrón por el que se han cortado. Todos se asemejan demasiado entre sí, y eso se nota en sus interacciones, demasiado programadas, carentes de emociones expresadas al exterior, etc. Parece que están ahí solo porque la historia necesita un vinculo, un huésped con la que poder contarse y por lo tanto resulta casi imposible encariñarse con alguno de ellos, incluso el carácter rudo y a veces cómico de Shi Qiang se queda en un vano intento de empatizar con el lector.

Tampoco olvidemos que estamos ante la primera parte de una trilogía, una historia que continúa con EL BOSQUE OSCURO y concluye en EL FIN DE LA MUERTE. Es por ello que la primera entrega puede pecar de una estructuración mal equilibrada.
El ritmo, que crece de manera ininterrumpida, alcanza su máximo exponente en aproximadamente las últimas 50 páginas, donde el autor nos bombardea sin piedad con un exceso de información relevante que te deja, dicho de manera poco elegante "cagando ladrillos" para, inmediatamente cortar en seco y dejarnos en espera de la secuela. Sí, así es. Cixin Liu se marca un capítulo de final de temporada de esos que te hacen morderte las uñas hasta el hueso, empeorando con la idea marcada de que todo lo leído en EL PROBLEMA DE LOS TRES CUERPOS es solo la colocación de las piezas en el tablero y que la verdadera partida empieza en EL BOSQUE OSCURO.

En definitiva, este premio Hugo 2015 (¿Merecido? Ni lo sé, ni me importa) es una historia que pese a su regular trato de sus personajes sabe encontrar el mejor y peor lado del ser humano, y que pese a un ritmo a veces descontrolado posee una trama que guarda un argumento que no se aleja mucho de las de muchas historias clásicas y reverenciadas de la ciencia ficción, pero dotada de ingredientes que lo convierten en un producto que parece nuevo y original y que se disfruta como tal. Un repaso a una China del pasado, presente y ¿Futuro?. Impactante, reveladora, refrescante a la par de escalofriante por momentos. Un texto que busca concienciar de la necesidad de esa comunión hombre/Tierra que tanto tiempo lleva el primero postergando y el segundo rogando.


...No, mirad, paso de extenderme con el tema... lo de las fajas con los que Nova últimamente cubre sus libros ya no tiene nombre. Vale que el dinero es el dinero, que hay que buscar nuevas maneras de acercarse lector menos aficionado, pero eso de "la novela que ha convencido a Barack Obama y a Mark Zuckerberg"... ¿Convencer de que?, ¿Y que diantres me importa los gustos literarios de personas que tienen acceso a CUALQUIER libro que se es antoje sin sacar la cartera del bolsillo?. Al menos esta vez no la han comparado con Juego de Tronos...

jueves, 13 de octubre de 2016

Reseña: ISLA DE SIRENAS de Norberto Luis Romero



Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:

ISLA DE SIRENAS de Norberto Luis Romero.

Carnal y Serafín, hermanos gemelos que viven en una pequeña isla que a lo largo de su historia ha servido de prisión y patíbulo, y donde han ocurrido inexplicables muertes, comparten una vida rutinaria con sus abuelos: Anselmo, acosado por una demencia senil prematura y cuyo único entretenimiento es ver en la televisión los dibujos animados de Mickey; y Adelina, maestra retirada, mujer de enorme entereza pero que extravía su presunta cordura asistiendo a reuniones espiritistas. La armonía de la casa y el enfermizo cariño que los hermanos se profesan se verán fracturados con la llegada de Nerea, una joven finlandesa aficionada a coleccionar caracolas y conchas marinas. 
Ambientada en los días en que Rusia lanza al espacio a la perra Laika a bordo del Sputnik II, la acción se desarrolla en una atmósfera sofocante donde los personajes, en razón a extrañas circunstancias, van descubriendo el oscuro pasado que signa a la familia y al resto de los habitantes de la isla, condenados a padecer el infortunio a raíz de un terrible antepasado, un hombre cruel y sanguinario cuyo oficio fue el de verdugo. Carnal, a la vez que investiga las costumbres de unos insectos que se alimentan de cadáveres -que tiene prisioneros en un terrario- y mantiene una rara correspondencia con su tío Rodrigo, que emigró a Australia de joven, se obsesiona por recuperar el cariño de su hermano gemelo... una obsesión que le llevará a descubrir una historia familiar oculta y a cometer los crímenes más abyectos.

Una de las peculiaridades de los relatos donde el protagonismo se lo lleva la muerte y la tristeza o ira que ella trae tras de sí, independientemente de que hablemos o no del género de terror, es la capacidad de convertir lo que ha sido un escenario cotidiano y regido por la rutina en un pequeño abismo personal. Una gasolinera, una cafetería e incluso un sencillo supermercado empiezan a suscitar imágenes y sensaciones no deseadas, dominadas por la desdicha, el miedo o la asfixia emocional.
No obstante, existen lugares que. por así decirlo, ya vienen predefinidos por esas sensaciones. Sitios que por su sola naturaleza, o por costumbre misma, se convierten a título personal en paradas a evitar y en las que el escritor ve una vía de escape para perderse en sus más íntimos miedo... o para encontrarse a si mismo y usarnos a nosotros como reflejos de sus historias.

Mencionar una mansión abandonada, un hospital de noche o un cementerio sería simplificar al máximo el ejemplo al que me refiero. La cultura popular se ha encargado de pervertir lugares como estos llenándolos de de rincones misteriosos, maldiciones, asesinos, fantasmas y demás criaturas tan irreales como peligrosas y así, llega un momento en que crear un entorno terrorífico usando uno de estos escenarios "predefinidos" tiene un merito escaso que hay que saber cubrir contando una historia interesante y original.
¿Y si digo que el elemento que abarca el 70% de la superficie del planeta es, a título personal, uno de los que más miedo e inseguridad me han provocado desde la misma infancia? El mar y lo que le rodea, costas, puertos, faros y todo el misterio, las leyendas, mitologías que a todo ello envuelve han inspirado cientos de sueños y pesadillas a personas que más tarde plasmarían en el papel en forma de relatos, novelas y poemas inquietantes protagonizados por barcos fantasmas, monstruos marinos, apariciones de ultratumba entre otros... pero no solo encontramos el terror en lo que el gran azul nos escupe de sus entrañas preñadas de superstición y malos augurios, sino que su sola presencia abre la mente de escritores y lectores a las más inverosímiles situaciones.

Norberto Luis Romero es consciente de eso y no le hace falta recurrir a elementos fantásticos para que ISLA DE SIRENAS sea una lectura tan brillante como terrorífica.

Como primer acercamiento al autor, ya venía predispuesto a una lectura poco común, no solo por la colección a la que pertenece, Planeta Maldito de Valdemar, una serie de novelas, según la propia editorial "destinada a textos curiosos, raros, libertinos y malditos", sino por una reputación que le precede y le cataloga de grotesco y claustrofóbico e incluso sencillamente de raro. Dotando a sus textos de momentos macabros, sensuales y altas dosis de misterio, obras como LA NOCHE DEL ZEPELÍN, SIGNOS DE DESCOMPOSICIÓN o EL MOMENTO DEL UNICORNIO forma parte del legado que el escritor argentino nos ha dejado para el disfrute y bueno... el desasosiego. Y la verdad es que no desmerece la opinión que la crítica le ha atribuido, pero si nos mantenemos con el ejemplo de ISLAS DE SIRENAS, hay que reconocer que es más que una lectura extraña.

Incomodo. Así es como parece ser que Romero quiere que te sientas mientras lees su obra, y no son pocos los elementos de los que dispone para conseguirlo, añadiendo a cada ingrediente nuevo un peso extra a una atmósfera ya cargada y dominada por la pesadumbre y las malas sensaciones.
Si, como comentaba, el mar toma un papel importante en la historia, pero no como puerta a otros mundos o nido de elementos fantásticos, sino que actúa como prisión de barrotes naturales en una isla precisamente de orígenes presidiarios. Orillas y acantilados cierran la puerta a una salida deseada pero inalcanzable y acrecenta la claustrofobia encerrándonos junto a la familia protagonista, que serán quienes lleven el ritmo de la historia.

Son estos, los personajes los que proporcionan el lado más insano de la obra, una extraña mezcla de habitantes de la España más rural, con perfiles psicológicos altamente inestables causados por pasados llenos de misterio y esqueletos que ya no caben en el armario. Desde los gemelos protagonistas Carnal y Serafín, su abuelo, que sufre una grave demencia senil al que solo mueve la diaria hora Disney y su adorado Mickey Mouse y Adelina, la, en apariencia locuaz abuela que parece haber perdido el camino recto desde que asiste a sesiones espiritistas. No os confundáis, en ISLA DE SIRENAS no hay héroes, no vais a encontrar una nueva lucha entre el bien y el mal, ni la empatía con alguno de los habitantes de la isla que os haga comprenderlos, sufrir o disfrutar con ellos. Tanto principales como secundarios son usados con maestría por el autor para hacernos sentir la mencionada incomodidad que mencionaba anteriormente, y habrá, no lo dudo, quien piense que esta novela no tiene ningún objetivo, ni moraleja y a cambio encuentre situaciones donde la ética es cuestionada y la naturaleza humana interpreta un papel a medio camino entre lo teatral y lo surrealista.

Ésta no es una novela para todo el mundo. Quizá es de esas historias que ayudan a que uno se evada de la vida real y, tras un rato de lectura, abrazarse a su vida rutinaria, aburrida y donde uno no puede esperar nada malo del vecino y los secretos no son tan peligrosos como una navaja recién afilada acariciando nuestro cuello. ISLA DE SIRENAS no es una novela de terror propiamente dicha, más bien estamos ante un relato donde un drama familiar alcanza la elegancia del horror gótico sin esquivar el realismo sucio y la elegancia en su escritura. Así, con un ritmo pausado de manera intencionada para evocar imágenes capaces de encontrar belleza en los fotogramas más repulsivos, saltaremos una y otra vez como si de una rayuela se tratara adelante y atrás en el tiempo, ordenando las piezas del complicado rompecabezas que busca dar sentido al cuadro completo...

... un lienzo que, a modo de mosaico de tonos apagados, suscitará al espectador más preguntas que respuestas, una imagen casi nihilista de la naturaleza humana, que viene a decir que tomemos el camino que tomemos, la muerte es, y siempre será, la última parada. A quién tenemos que rendir cuentas por nuestros actos en vida, es indiferente, ya que quizá seamos nosotros los únicos capaces de juzgar nuestra propia moral.
Pero si alguien o algo nos arrebata eso, si desaparece esa línea que separa el bien o el mal, ¿De qué seríamos capaces?, ¿hasta qué extremo llegaríamos para comprender a los que más queremos e intentar entender un significado del amor y el odio que dista mucho del que tenemos nosotros?

Con una prosa magnífica, en una extraña comunión que une la primera y la tercera persona donde los diálogos se juntan con la narración y misteriosamente pese a la sensación de incomodidad que no nos abandona, uno no solo se acostumbra, sino que se deja llevar, Norberto Luis Romero crea con ISLA DE SIRENAS una pequeña pieza fundamental en el teatro grotesco hispano, como contemplar la obra maestra de un embalsamador y esperar, pese a las mutilaciones y rasgos que únicamente la muerte es capaz de crear, a que el cuerpo abra los ojos y nos sonría con tristeza.

martes, 4 de octubre de 2016

Reseña: EL SEÑOR DE LAS MOSCAS de William Golding



Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:

EL SEÑOR DE LAS MOSCAS de William Golding

«Jack levantó la cabeza del animal y clavó la blanda garganta en la punta afilada del palo, que surgió por la boca del jabalí. Se apartó un poco y contempó la cabeza, allí clavada, con un hilo de sangre que se deslizaba por la estaca».

Las novelas de William Golding, inquietantes fábulas morales, exponen a los protagonistas a situaciones de aislamiento extremo, tanto físico como psicológico y espiritual; así se encontrarán con los instintos más recónditos y oscuros y, como en El Señor de las Moscas, con las leyes primordiales de la existencia y la convivencia, no pocas veces sustentadas en la aniquilación del contrario.

Destaca Golding por su examen profundo del comportamiento de personajes que ya no obedecen a las convenciones de la civilización y cuya conducta los lleva a un conflicto entre fuerzas que podríamos definir como del mal y del bien. Ese enfrentamiento turbulento y despiadado da lugar, inevitablemente, a una inquietud metafísica, a una desazón angustiante. En su arte narrativo, diálogos, descripciones y presunción de pensamientos dan forma a un espacio en el que el lector se siente contenido y, no pocas veces, oculto, mas no como espectador sino como partícipe involuntario.

El Señor de las Moscas, una alegoría aterradora, es su obra maestra. Las ilustraciones del virtuoso artista argentino Jorge González transitan desde el bucolismo dictado por la naturaleza a la pavorosa incertidumbre a que da lugar la inocencia.

¿Qué convierte a una aparentemente sencilla novela de situación en un clásico atemporal?

Es tanta la variedad de razones que la respuesta resulta casi impensable. Bueno... al menos estoy seguro que la acumulación de premios y/o galardones no tiene nada que ver con el reconocimiento de la obra, o al menos un reconocimiento que dure décadas o incluso siglos. ¿Cuántas obras de géneros variados que han ganado cinco, siete o diez premios hay hoy en día están descatalogados en librerías y ya nadie habla de ellas? Muchísimas. Así que no, es otra cosa la que convierte un simple libro en una idea, un pensamiento recurrente, un mensaje reivindicativo o un trabajo de instituto para nota. O igual es que las cosas no funcionan así, que realmente no se espera que el lector capte un mensaje con distintas interpretaciones para que se termina deformando o al menos terjiversando su significado, no... igual es que esa idea aguarda, paciente, dispuesta a infectar una historia aparentemente inocente o guiada por otros derroteros con un mensaje tan obvio a la vez de esquivo que es imposible pasar por alto.

Y resultan curiosas las elecciones que a veces toman estos textos reivindicativos, estas palabras a veces revolucionarias, a la hora de elegir géneros. Fábulas de animales como REBELIÓN EN LA GRANJA o relatos de ciencia ficción distópica como 1984, ambas de George Orwell son claros ejemplos entre incontables de cómo un objeto que en apariencia existe para entretener como es una novela termina convirtiéndose en un megáfono a todo volumen, emitiendo propaganda a veces profética con la intrigante habilidad de ver con más claridad que muchos estadistas del futuro. No en cifras ni hechos históricos, sino en la moral humana, la ética y la capacidad de éste de adaptarse a unas necesidades o responsabilidades. Una idea que William Golding reflejó de la misma manera en EL SEÑOR DE LAS MOSCAS.

El problema a día de hoy de que un lector actual quiera analizar una obra como esta, es que lo hace condicionado por su etiqueta y por consiguiente con cierto miedo a lo que los que se creen más puritanos se le echen encima al grito de "hereje", "blasfemo", "inculto" y demás lindezas. No, no por ello estoy diciendo que os vayáis preparando para un amplio catalogo de descalificaciones y criticas destructivas hacia la obra del premio Nobel. Muy al contrario, reconozco que estamos ante un gran libro, pero si hay algo que me condicionó a la compra, lectura y opinión de la novela no ha sido la popularidad del título, sino el brillante trabajo de edición que la editorial Zorro Rojo ha hecho con este tomo. No es fácil dejar pasar un título tan potente encuadernado en tapa dura de gran formato con ilustraciones interiores realizadas por el argentino Jorge González.  Una muestra más de que estamos ante una editorial que ve en un libro no solo un puñado de hojas encuadernadas, sino una obra de arte.


Cada vez que oía mencionar EL SEÑOR DE LAS MOSCAS en cualquier medio no podía (ni puedo ahora) evitar recordar cierta caratula de una cinta VHS en la que se mostraba la imagen de un niño colocando casi con mimo la cabeza cercenada de un jabalí en una estaca, una imagen recurrente que me ha perseguido desde entonces, haciéndome sentir inquieto, incómodo y provocándome una repulsa que entonces, cuando contaba con solo 10 años únicamente asociaba a lo desagradable de la escena. Hoy, habiendo descubierto el trasfondo que rodea dicha imagen, la repulsa se mantiene, pero en mayor medida ya que el miedo que trasmite es más real, no la sensación que pueda provocar un animal muerto en un niño, sino lo que representa esa escena: caos, instinto, supervivencia, fuerza,... pero a la vez sumisión, terror, un eco de la sociedad sin orden ni democracia, sin libertad pero también dominada por la supremacía del más fuerte, el liderazgo guiado por el miedo a lo conocido y lo que no lo es. 

Estas son algunas de las ideas que flotaban por mi cabeza mientras leía EL SEÑOR DE LAS MOSCAS, en la que Golding parte de un escenario casi paradisíaco que no escatima en describir y evocar con sus textos para, en una especie de experimento social, situar a un buen número de niños supervivientes sin el amparo, consejo o supervisión de adultos en la más terrible de las situaciones.

Una de las primeras cosas que llaman la atención en los comienzos de la novela es la sensación de desorientación que el autor refleja en nosotros, como abrir los ojos y, afectados por una extraña amnesia o sueño persistente, nos cuesta reconocer el entorno que nos rodea, sabiendo incluso menos que sus protagonistas, aunque no por ello nos sentimos preocupados, ya que parece existir cierta jovialidad, falta de inquietud propia de un niño pero a niveles desproporcionados, casi irreales. ¿De verdad acaban de sobrevivir a un accidente aéreo?, ¿Son conscientes de su situación y aun así sacan tiempo para juegos y sonrisas?. Claro, nada de esto concuerda con lo que imaginamos en un principio, pero todo forma parte del encanto que envuelve el desarrollo tanto de la trama como de sus personajes. Somos testigos del cambio a marchas forzadas, de una ruptura de prioridades e ideas, del prematuro paso de la inocencia a la madurez, del intento de trasformar el caos que rodea la convivencia y que supone forma parte de la mente de todo niño en orden y disciplina adulta, porque es la única manera, porque sus vidas están en juego. Y en los juegos adultos uno a veces se apuesta algo más que unas chapas.


EL SEÑOR DE LAS MOSCAS no deja de ser una novela dirigida a los más jóvenes, pero que a lo largo de los años ha envejecido lo suficientemente bien para que la gente de todas las edades siga considerando a la novela de William Golding como uno de los referentes entre las historias de convivencias y aventuras. Si, es probable que el impacto dramático haya perdido intensidad en una actualidad donde la crudeza de las imágenes mostradas o sugeridas y el sufrimiento ajeno (sobre todo el de un niño) ya no es tema tabú del que de reparo hablar. No obstante, no quita para que esta historia posea algunas escenas de gran impacto y sobrecogimiento, entre las que se encuentra la que da origen de manera casi poética al título.

La imagen que sugiere Golding del infante como victima y verdugo va ganando intensidad a medida que nos acercamos al desenlace. Las palabras dejan lugar a los actos, la amistad es derrotada por la rivalidad y la línea que separa la inteligencia y el raciocinio del más puro instinto animal va volviéndose cada vez más difusa. Diálogos y situaciones que de lo inverosímiles se convierten en demasiado reales, porque no lo olvidemos, estamos viendo a cachorros actuando como depredadores. Esto, sumado a una atmósfera que comienza desprendiendo calidez y va perdiendo potencia hasta que el ambiente se vuelve frío y opresivo, son elementos que acentúan cada uno de los valores que convierten a EL SEÑOR DE LAS MOSCAS en algo muy parecido a lo que la voz popular ha dicho de él durante más de 60 años, un tiempo que igual ha podido de algún modo pasarle factura, ya bien por su estilo de narración o lo simplista y poco novedosa de su trama (ahora, no entonces), pero uno comprende al leer títulos como éste la fuerza que un libro desatar con su lección de ética. No es de extrañar que aún se sigan publicando ediciones escolares de este título...


... Aunque insisto, esta edición, publicada por EL ZORRO ROJO se convierte en un aliciente más para tener un clásico de la literatura en un formato de lujo, cuyo texto, acompañado por los claroscuros tonos de las ilustraciones de Jorge González otorgan a la lectura de una ventana por la que asomarse y ver la isla como nunca antes.