viernes, 1 de diciembre de 2017

Reseñas breves #5. HIJOS DEL DIOS TUERTO de Virginia Pérez de la Puente.



Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:

HIJOS DEL DIOS TUERTO de Virginia Pérez de la Puente.

¿Quieres cambiar tu destino, Harek Haraldsson? Llegarán tras el deshielo. Llegarán sedientos de sangre, sedientos de vidas, sedientos de venganza. Y no puedes impedirlo.
¿Quieres cambiar tu destino, Loki? Tu camino está trazado. El camino hacia la traición, hacia la muerte, hacia la destrucción de los mundos. Y no puedes evitarlo.
El destino no se puede esquivar. El destino no se puede cambiar. El destino es.

Las nornas tejen en su tapiz el pasado, presente y futuro de los nueve mundos, entrelazando los hilos de las vidas de dioses, hombres y monstruos. Ocultas bajo las raíces de Yggdrasill, las tres hilanderas empiezan a hilvanar un hilo de oro: el hilo de un héroe, Harek Haraldsson, jarl de un clan de vikingos que se prepara para el ataque de otro fiordo con el que mantiene una deuda de sangre. Mientras se debate entre la responsabilidad de proteger a su gente y la tentación de sucumbir a la sed de venganza, Harek ignora que su hilo está entretejido con los hilos de los dioses. De sus decisiones dependerá el destino de los æsir y su victoria o derrota en el Ragnarök, que llegará, como los enemigos de su clan, después del hielo.

Hace poco comentaba el título MITOS NÓRDICOS de Neil Gaiman, y comparaba el entusiasmo con que el autor relata sus cuentos con el tradicional profesor que espera que sus alumnos se aprendan la lección sea como sea para que en el examen final todo el mundo supiera qué contestar, sacrificando si es necesario cualquier ápice de originalidad o sello personal que mantuviera vivo el interes hacia la asignatura.
Gaiman tuvo la oportunidad de impregnar a las historias más famosas protagonizadas por los dioses nórdicos de su propio estilo y singular pluma, pero lo desaprovechó dando como resultado una lectura plana que se limita a narrar hechos sin tener en cuenta el propósito de ellos, la relación entre cada relato, ignorando la posibilidad de crear en sus protagonistas personalidades solidas y propias...

... Todo aquello que consigue Virginia Pérez de la Puente en HIJOS DEL DIOS TUERTO.

Ésta obra no solo se limita al revisionado de los mitos más conocidos del folclore vikingo, sino que además ofrece un relato de aventuras que sabe intercalar mitología con una historia propia y original, lo conocido con lo nuevo y donde los acontecimientos que suceden en Asgard tienen sus repercusiones en Midgar, y viceversa. Y si, es posible que la autora se tome ciertas libertades y moldee a su gusto y a exigencias del guión los episodios originales para que no se pierda el sentido de la trama principal, pero más que verlo como un inconveniente, esto juega a favor de la novela y le otorga la personalidad de una historia completamente nueva, tan disfrutable para los que ya conozcan los entresijos de las fábulas en que se inspiran sus lineas como para los que no, aunque personalmente creo que estos últimos pueden, en ocasiones, sentirse un poco perdidos en algunos pasajes que dan por hechos y conocidos varias de las leyendas y personajes de los que se hacen mención. Eso si, más de una vez agradeceréis la incursión del glosario que encontraréis al final del tomo.

Como libro de aventuras, resulta casi imprescindible hablar de los géneros en que se apoya la historia que se cuenta. Acción, drama, romance, comedia..., todo tiene hueco en mayor o menor medida en HIJOS DEL DIOS TUERTO, y teniendo en cuenta que a lo largo de toda la novela iremos alternando la puesta en escena en distintos mundos (tanto el de los humanos como el de los dioses), reflejar las mismas emociones en unos y otros con la diversidad de herramientas de las que se dispone en ambos planos (y limitaciones, claro) tiene un gran merito, y Virginia consigue que nos emocionemos, aterremos, nos intriguemos y sorprendamos, tirando abajo el metafórico muro que separa al dios del hombre, o dicho de otra forma: humanizando a las deidades.

Aquí se rechaza la omnipresencia, la imagen del todopoderoso y el "...Entonces Odín hizo esto porque Loki rompió esto otro porque así estaba escrito". No. Puede haber un dios del trueno, una representación divina del caos y el azar, la inmortalidad hecha ser, pero por encima de todos esos poderes, detrás de esas fábulas repletas de seres asombrosos y hazañas no menos increíbles se esconden mentes y espíritus vulnerables, llenos de añoranza, deseos, miedos, imperfecciones que, en definitiva, no hacen sino acercar al orador y al símbolo al que se venera más de los que ellos quisieran siquiera admitir.

Mitología, cultura nórdica antigua llena de detalles con los que cuesta diferenciar veracidad de fantasía, que peca posiblemente de algunos diálogos salidos de tono teniendo en cuenta la naturaleza de muchos de sus protagonistas, pero que no resta calidad a una prosa pausada, que sabe tomarse su tiempo para hacerse poderosa, convierten a esta novela en el mejor ejemplo de que este país tienen autoras con el talento y la capacidad para colocar títulos de un género tan saturado como la fantasía a la altura de imprescindibles.




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